domingo, 26 de mayo de 2013

JORGE PARDO "HUELLAS"

 JORGE PARDO "HUELLAS"

(Ciclo de Jazz 1906)

Fecha: 25 de mayo de 2013.
Lugar: Jazzazza Jazz Club (Murcia)
Componentes :
Jorge Pardo: saxo tenor y flauta.
Josemi Carmona: guitarra.
Pablo Martín Caminero: contrabajo.
José Ruiz Motos “Bandolero”: percusión.

Comentario:


El último concierto en Jazzazza del Ciclo de Jazz 1906, integrado a su vez en la programación del festival Jazzazza Fest. 2013, estuvo protagonizado por el saxofonista madrileño Jorge Pardo, que presentó su reciente trabajo llamado Huellas (Cabra Road, 2012) posiblemente el proyecto más atípico y con mayor proyección de su larga carrera musical. Premiado en enero de este año como mejor músico europeo del año 2012 por la academia de jazz francesa (Académie du Jazz Française) el galardón significa, aparte del premio en sí, un merecido reconocimiento a toda una labor artística de muchos años, nada menos que cuatro décadas dedicadas al arte de la música. El carismático compositor continúa siendo, para los que somos conocedores de toda o buena parte de su amplia trayectoria y discografía, una figura audaz y relevante de la escena musical nacional y también de fuera, más allá de nuestras fronteras. Un músico que ha conseguido reunir las esencias y las influencias de dos géneros musicales, el jazz y el flamenco, agrupándolos en una forma sonora única, propia y diferente. En formato de cuarteto, acompañado por Josemi Carmona a la guitarra, Pablo Martín Caminero en el contrabajo y José Ruiz Motos en la percusión, deleitaron con su música a un aforo completo y expectante,  deseoso de escuchar este mágico proyecto adaptado para la ocasión, ya que en la grabación original del disco participan numerosos artistas y seria casi imposible contar con la presencia de todos ellos en reducidos escenarios. De hecho, el repertorio de Huellas esta  diseñado para que funcione en varios formatos.


El arranque del directo lo encabezó el tema llamado “Zapatito”, una bulería poderosa marcada por el contundente pulso de la sección rítmica en la que el saxofonista desplegó sus habilidades con decisivos fraseos, un anuncio de lo que iba a deparar una sesión continuada como ésta, de más de hora y media de duración. Una vez hechas las presentaciones la formación encaminó la siguiente pieza, arrancando a ritmo de soleá, en la que el guitarrista realizó una preciosa introducción en solitario tras la que se fue sumando el resto del grupo, desarrollando largas improvisaciones con el saxo tenor, el contrabajo y la guitarra. El contrabajista Pablo Martín realizó aquí una de sus mejores incursiones musicales, además de un sostén rítmico impecable, pero no sería la única a lo largo de la actuación. Sí pudiéramos asistir en distintos días a varias sesiones de este mismo proyecto, con los mismos músicos, nos daríamos cuenta de la riqueza experimental que lleva consigo este trabajo y sería raro, por no decir imposible, escuchar un mismo tema expresado idéntico en un momento anterior, cada concierto es distinto. Las  composiciones tienen vida propia, y las improvisaciones son un elemento importante para adornarlas con nuevos y diferentes matices cada vez que se interpretan. Es creatividad en estado puro. La cita continuó con “El faro”, una rumba-songo, iniciada con una introducción  de  Jorge Pardo a la flauta travesera. Uno de los solos más lucidos en este tema fue el del percusionista José Ruiz, que desempeñó un papel crucial en el cuarteto, enérgico y trascendente.


“Puerta del Sol Expreso” es una zambra guiada al comienzo por el contrabajista  Pablo Martín, que inicio el tema en solitario con una introducción en la que citó un fragmento de Bach, antes de dar paso a la exposición melódica del saxo tenor compartida con la guitarra de Josemi Carmona. Un tema lento y nostálgico en el que participaron los principales solistas con extensas incursiones, intercalando pasajes y fraseos de gran belleza. De nuevo a la flauta, el líder construyó una larga introducción con variaciones, basada en la famosa suite de Manuel de Falla, “El amor brujo” (Danza ritual del fuego) arropado solamente por la percusión, que enlazaron con una bulería llamada “Sanlúcar – Mojácar”, en la que participó toda la formación, incluido el percusionista con una descarga rítmica entregada y visceral. El final de la sesión culminó con dos piezas más a modo de bis a petición del público presente, cerrando así un concierto extraordinario que acercó a los oyentes a las raíces de la música popular española, rica fuente de la que bebe todo el proyecto.


Las palabras de esta corta reseña comparadas con lo sublime de la actuación se quedan pequeñas a la hora de expresar los acontecimientos, así que recomiendo a los interesados que si tienen la oportunidad de escuchar en directo este gran proyecto en cualquiera de sus formatos, trío, cuarteto, sexteto o big band, no se lo pierdan por nada del mundo. El apasionado hechizo y el duende que transmiten esta asegurado. Salud y jazz.

Texto: © José Antonio García López, 2013
Fotografías: © Rafa Márquez, 2013

Jorge Pardo "Huellas" (Tomajazz)

domingo, 19 de mayo de 2013

JAVIER COLINA CUARTETO

JAVIER COLINA CUARTETO


Fecha: 18 de mayo de 2013.
Lugar: Jazzazza Jazz Club (Murcia)
Componentes :
Javier Colina: contrabajo.
Ariel Brínguez: saxo tenor y soprano.
Albert Sanz: piano.
Daniel García: batería.

Comentario:



La música de jazz que se hace en España debería ser divulgada y mostrarse sin prejuicios, ante la falta de esa evidente y necesaria consideración y valoración con la que se le ha determinado desde hace tiempo en este país por parte de algunos sectores oficiales de la cultura, dando por sabido que el jazz y los músicos de jazz españoles son muy apreciados y considerados en otros países como es el caso del músico premiado recientemente en Francia, el saxofonista madrileño Jorge Pardo. Hay que revindicar el excelente jazz que existe en nuestro país y la gran calidad de músicos españoles como Perico Sambeat, Albert Vila, Javier Vercher, Albert Sanz, Esteve Pi y muchos otros que trabajan en este género musical universal, así como los buenos proyectos jazzísticos que salen a la luz todos los años, de la creatividad y de las manos de nuestros músicos. Sin irnos muy lejos, el  ejemplo lo tenemos en la persona del gran contrabajista Javier Colina (Pamplona) al que he tenido la suerte de escuchar en directo en diversos conciertos y en otras formaciones. El escenario del club Jazzazza acogió al grupo de Colina dentro de la programación de su primer festival Jazzazza Fest. 2013, que en esta ocasión estaba formado por el saxofonista cubano Ariel Brínguez,  Albert Sanz al piano y el baterista Daniel García, conformando de este modo un cuarteto de lujo que dio mucho de sí mismo en cuanto a entrega artística, musicalidad y lenguaje, como pudimos comprobar a lo largo de la actuación.


Sin una fórmula concreta, no siempre necesaria, con la que se pudiera etiquetar el tipo o el estilo de música del repertorio, la actuación navegó por diferentes estilos y ritmos, entre el jazz americano, las músicas de raíces populares latinas, el flamenco, y los ritmos africanos y colombianos, bajo la perspectiva continua del jazz, usando los mecanismos musicales que caracterizan este género con una gran dosis de personalidad en las formas, en el uso del lenguaje y en el sonido que cada uno de los componentes aporta dentro de la banda, elementos que Javier Colina sabe manejar con elegante buen acierto y esmero. “African Lullaby” de Dave Holland, realizado a trío de contrabajo, batería y saxofón, fue el primer tema con el que arrancó la sesión, para continuar con “Eighty One” de Ron Carter, en el que pudimos escuchar las primeras improvisaciones de piano, saxo tenor y contrabajo. Los ritmos afro-colombianos marcaron la siguiente pieza, “You Don’t Know What Love Is” de Gene de Paul, en la que Brínguez optó por el saxo soprano para realizar la exposición de la partitura, desarrollada luego con los solos de piano de Albert Sanz, ágil y sugerente en sus diálogos, y posteriores improvisaciones de sus compañeros de grupo. La balada llamada “Novia mía” del cantante y guitarrista cubano José Antonio Méndez, dejó un soplo de nostálgico romanticismo en el ambiente, a tenor de los solos de improvisación del pianista y del contrabajista, sutiles, elocuentes y limpios en la construcción de sus fraseos. Para terminar esta primera parte del concierto eligieron el standard “”Epistrophy” de Thelonious Monk, un tema rápido en el que participó todo el grupo con sendas y poderosas descargas y solos musicales, mostrando las generosas habilidades de cada uno.


Los ritmos latinos y africanos siguieron siendo protagonistas de la sesión en la pieza llamada “Cinco hermanas” y “De Gnawa”, esta última procedente de la música magrebí, introducida a golpe de contrabajo, a la que fueron incorporando batería,  saxo soprano y finalmente piano, hasta formar una exquisita cadencia musical con claras influencias norteafricanas. De vuelta a la música cubana, deleitaron al público con una nana a ritmo de congo-tango llamada “Belén” del compositor cubano Eliseo Grenet, en la que destacaron los solos de Sanz, Brínguez y Colina, a cual de ellos más transmisor y expresivo, apoyados por el baterista Daniel García, que realizó una labor impecable en el transcurso de toda la sesión. Uno de los temas más brillantes del concierto fue el bolero “Verdad amarga”, de la compositora Consuelo Velásquez, balada profunda y elocuente que protagonizó Ariel Brínguez con el sonido redondo y afable de su saxo tenor. El concierto llegaba a su fin con “Soy Califa” del saxofonista Dexter Gordon, una espléndida versión a ritmo caribeño que desarrollaron con extensas y enérgicas improvisaciones de piano, saxo tenor y batería. El aforo quería más y el cuarteto ofreció un bis, en forma de balada, despidiéndose agradecidos a los vítores y aplausos de los presentes.



Un magnifico proyecto, liderado por uno de los músicos más emblemáticos de la escena jazzística nacional e internacional, que dejó claras sus preferencias musicales en torno al jazz y a la música latina, abogando más por los ritmos calientes, poderosos y telúricos, en los que Javier Colina se proyecta de forma honesta en su elemento, como un pez en el agua. En una reciente entrevista de la revista digital JazzTK, Ariel Brínguez decía lo siguiente: “hay una estrecha relación entre la forma en que tocamos un instrumento musical y lo que somos como personas”. Cuánta verdad hay en estas palabras que expresan la hermosa esencia del músico en su más alta cualidad.

Texto: © José Antonio García López, 2013
Fotografías: © Rafa Márquez, 2013

Javier Colina Cuarteto (Tomajazz)

domingo, 12 de mayo de 2013

T.J. JAZZ QUARTET

 T.J. JAZZ QUARTET


Fecha: 11 de mayo de 2013.
Lugar: Jazzazza Jazz Club (Murcia)
Componentes :
T.J. Jazz: voz y baile.
Jorge Vera: piano.
Guido Farusi: contrabajo.
Jimmy Castro: batería.

Comentario:


Las buenas propuestas musicales en directo dejan en la memoria del oyente un recuerdo casi imperecedero, tanto y más si la actuación va acompañada por la diversión, la emoción general, la participación del aforo, y sobre todo de un buen sonido y unos excelentes músicos, acontecimientos y elementos que se dieron durante el concierto de la cantante norteamericana T.J. Jazz, que presentó su proyecto llamado Armstrong y el jazz de New Orleans, en el primer festival de jazz (Jazzazza Fest 2013) que organiza el club Jazzazza, en el que incluye temas del emblemático trompetista de jazz. La vocalista incorpora también el baile de claqué (tap dance) en su alegre y bien trabajado show musical. En esta ocasión llegó acompañada de tres reconocidos músicos de la escena del jazz en nuestro país: el pianista Jorge Vera, Guido Farusi al contrabajo y Jimmy Castro en la batería, un triangulo musical rítmico, armónico y melódico que la cantante dirigió con talento, y una contagiosa y genial empatía.


El standard “Bye Bye Blackbird” (Ray Henderson) fue el tema con el que iniciaron la primera parte de la sesión, en la que tocaron diversas y variadas piezas de jazz como “Yes! We Have No Bananas” (Frank Silver y Irving Cohn) tema que hiciera famoso el cantante Eddie Cantor allá por el año1923, y otro standard “Autumn Leaves” (Joseph Kosma) cantado en francés y desarrollado con cuidadas improvisaciones del pianista y el contrabajista. Ritmos de swing y baladas protagonizaron este primer contacto de la vocalista, acercándonos a las raíces del jazz, en el que la voz de T. J. Jazz sonó limpia, cálida y poderosa con su particular timbre, rememorando, a veces, la onda de otra diva del jazz, la cantante Billie Holiday, con la que incluso comparte un gran parecido físico. En “I’m Beginning To See The Light” de Duke Ellington, a swing, destacaron de nuevo los solos de Jorge Vera, pianista con gran destreza técnica y buen manejo del lenguaje, y del contrabajista argentino Guido Farusi, preciso y comedido en su función dentro del grupo. El baile y la música de jazz siempre han ido unidos de la mano desde los comienzos del género, explicó la líder vocalista como introducción a la última pieza de este set “I Can’t Give You Anything But Love, Baby” de Jimmy McHugh, en la que utilizó el tap dance, acompañando al grupo y a manera de un instrumento solista más.


Buena parte del repertorio estuvo basado en canciones destacadas de los musicales y revistas de Broadway de principios del siglo XX, como “Love For Sale” de Cole Porter, tema en el que la cantante hizo gala de su buena interacción con el aforo presente, paseó entre los asistentes y consiguió subir la temperatura del local hasta alturas insospechadas, entre risas y algarabías, con su especial personalidad. La sesión continuó con otro clásico de la época, “Ain’t Misbehavin” del pianista Fats Waller, un tema cantado y reconocido en la voz del homenajeado Louis Armstrong. Las sorpresas van inherentes en el trabajo de la cantante, otra ocasión para deleitar al público con la canción “El día que me quieras” de Carlos Gardel, interpretada en español, y “Who Will Be” de Pablo Beltrán Ruiz, versión en inglés a ritmo latino.


La labor del baterista sevillano Jimmy Castro no pasó desapercibida, siendo protagonista y cómplice en los momentos más álgidos del concierto, muy atento a los desarrollos que marcaban sus compañeros de grupo. La exitosa actuación terminó con “Over The Rainbow” (Harold Arlen) un final apoteósico para un concierto diferente tanto en su forma como en su contenido. Un paseo por los clásicos del jazz guiado por la experiencia y sabiduría de la figura más vivaz y carismática del momento en el entorno jazzístico nacional e internacional.



Texto:  © José Antonio García López, 2013
Fotografías: © Rafa Márquez, 2013

T.J.Jazz Quartet (Tomajazz)